Para Ricardo Vázquez-Prada
(In Memoriam)
No es tan sólo dolor por tu partida
lo que nubla los ojos en tu ausencia
larga e irremediable.
También son el amor y la nostalgia
de tus palabras quedas
de tu voz, sonriente,
que cantaba a Brassens
mientras tus manos, derramando notas
abrían la guitarra.
Y el recuerdo de miles de paseos
y de conversaciones
tratando de escribir sobre la vida
junto a gentes diversas
que siempre percibiste tan cercanas.
Ricardo, hermano, amigo,
hombre culto, compañero sencillo,
hoy tan lejano y sin embargo cerca
como jamás de nuestros corazones.
El tuyo, que fue grande, nos invade
y nos calienta el alma
con el sagrado fuego del recuerdo.
Que no hay tierra capaz de consumirlo
-corazón de poeta-
mientras quienes, por tantas buenas horas
en que fue compañero generoso,
lo tengamos fundido con el nuestro.
Miguel Ángel Yusta
No hacía mucho tiempo que nos conocíamos, pero ¡qué gran amistad estaba germinando! Algunas tardes, frente a un par de tazas de café, Ricardo me ha dado magistrales lecciones de generosidad, de honradez, de humildad.y de hombría de bien. Hemos perdido a un hombre todo corazón,
Viene el viento helado de la noticia y nos petrifica hasta el aliento. Ricardo, amigo y compañero, siempre en el recuerdo.
Quiénes, sino nosotros, sentimos hoy el peso del mundo.
Qué, sino tu herida, nos traduce
el verdadero mensaje del polvo.
La fuerza súbita del azar te arrojó a la magnitud de lo desconocido.
Estas palabras del poeta nos trasladan, Ricardo, el auténtico dolor de la pérdida, por eso queremos todos enviarte hoy un beso que nos una a ti, que no nos separe de tu presencia, que nos traiga de nuevo a nosotros tus compañeros, tus amigos, tu familia… la permanente sonrisa de tus labios, tu alegría compartida sin distinción, tu ser como río desbordado de afecto, tu abrazo natural reconfortante y animado.
La Asociación Aragonesa de Escritores y tus casas están hoy vacíos de ti; déjanos llenarlo e inundarlas con tu recuerdo y que éste quede adherido a la piel de la memoria. Que tu nombre, Ricardo, sea cada día el eco del calor y del frío, del viento, de la lluvia…, todas esas cosas naturales que siempre nos traías, como era tu costumbre. Que seas tú, con tu voz y tu nombre, quien acuda cuando te llamamos y, como siempre también, llegues solícito, con tu mirada cálida, con tus manos llenas de ofrendas a restañar nuestra herida.
Ricardo, amigo: hasta siempre.
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Triste noticia, triste Noche Buena, dolorosa la perdida de un ser amado, de un poeta de luna y sol, se apaga una estrella mientras el recuerdo de su vida brilla en cada uno de nosotros al recordarlo, nadie conoce la hora ni el día, la muerte viene con su daga silenciosa y te rasga la vida en un instante, en un temblor preciso se nubla la mirada.
ADIOS AMIGO ADIOS…