Bayron San

byron sn

Felicidio

Que tragedio, que catastrofo, que angustio, que agonio,
Que sonriso sacar me sabes cuando la caos irrumpe en mi pensamienta
Vaya sonriso tienes en la rostro, vaya cielos en tus brillos, vaya universa en lo galaxioso de tus ojos,
Que difusa es la línea de tus andares, acuosa la mira en la que formas.
Que felicidio cuando vuelves, se me agotan los suspiros, las narices me las palmas, las anzuelas se me clavan en los oídos, que televisiva se vuelve tu sonrisa,
Que hasta yo dejo de ser bípedo a tus sombras, desarrollome en lagrimo que cae.
.
(plop)
Y se va como suspiro.
Y vaya infortunio, vaya desidia, vaya inopeidez de mis sentidos.
Que se me cenizan mis memorios, se idiolizan los peñizcos, se me caracterizan los poemos
Se combustionan en mis grietas los labios de los besos con caricias de dos enloquecidos.
Musica.
Me defino como tiempo, Como anticipación
Me defino como catástrofe, exasperación, desilusión y esperanza.
Me defino sobre, como, por y a consecuencia del tiempo.
Me defino sobre mucho y me derribo como el tiempo.
El tan preciado tiempo que se nos escapa, el no-tiempo. La oportunidad o el intento.
La gran mancha sobre el papel o la delgada franja que ha dejado el bolígrafo sobre el intento.
Soy el grito, el llanto, la mirada rasgada, el pitido agudo en el oído, Soy lo que el pentagrama manda.
Soy el terror, la oscuridad,
Una progresión de Do a Fa y el minúsculo intento de Mí por ser mayor,
Del Si por ser un Do,
Lo que el Sol pudo alcanzar de haber tenido la tesitura exacta.
Soy el tempo, soy un tic-tac, un metrónomo.
Soy la prisa, la carrera, la sincopa que sin vino inspira.
Soy las gotas de la lluvia de una melodía triste o el glissando de emociones fuertes, el tacto de la madera y la sonrisa de una improvisación.

Me defino como tiempo dedicado,
Como horas malgastadas,
Como intentos y más intentos
Y a veces soy y a veces fui
Y hoy lo intento.
Soy el chamán que inspira y crea y deshace y arruga y tira papeles y musas;
Soy mi mano con cayos, mi mano cansada, mi bolígrafo roto,
Soy lo que pude y el deseo del podré.
Soy un artista o soy su creación.
Soy el ingenio o el genio que sale de mis zapatos y mi ombligo
Soy… Soy y me defino
Soy lo que estás escuchando,
Soy MUSICA en un papel escrito.

 

 

Mal paridos.
Mal parados.
Mal nacidos.
Los poetas, que se creen que el mundo está en sus manos.
Que alardean de posturas de conforme con vocabulario exquisito de mesa de mercado, dónde se cosecha la carne más fabulosa del poblado, donde las ovejas son el texto y los lobos son los más callados.
Mal entendidos. Mal presuntuosos.
Los hijuemadres señores artístosos
Que se creen fundadores de la nueva ars,
Bajo la histórica bandera de la nueva escuela,
Bajo las carpas del espectáculo cirquero que se montan.
Mal presumen. Mal administran,
Su supuesta empresa, de revistas y consignas, como medallas de guerra, como si por un texto que nadie entiende, ni su santa madre, ni su mal cerebro amueblado, dotado de un par de autores que se dan de alaridos, logra a descifrar la incertidumbre de saber que no sabe lo que se ha creado.
Mal hablados, Mal bebidos.
Están, los preciados poetas de la nueva historia, los que levantarán el pasado de las generaciones antiguas, esas que tanto aclaman de ser tan bohemistas, donde solo hay orgía y drogas para pasar el rato,
Mal perdidos. Mal paridos,
Están colgando del péndulo de su incredulidad, donde el ego que se les sube se les balancea, como las palabras que intentan salir de sus fauces cuándo van borrachos.
Tanto arte por el arte que de algo tienen que cobrar, y me cobran a mí la paciencia, que bastante ya he aguantado, las traiciones de los mal ejemplistas del teatro. Los titiriteros del concierto de poesía, dónde no recitan sino que regurgitan las ganas que tenían de ser observados.
Mal deseados. Mal acabados.
Son, los dichosos poetas, que a veces dicen no serlo, por guardar la modestia a no sé quién o no sé a qué, pero que están tan seguros de su arte, que a los eventos solo acuden los amiguistas, los de guitarra en mano y porro en la otra, donde la moda es lo que agrupa el colectivo, dónde se respira más hipocresía que hermandad.
Qué bonito es el arte en esta ciudad, tanto León tanto León y tanto viento, que ojalá venga un vendaval y se los lleve a todos y sus melenas y sí. No.
Que paguen exilio y se marchen a otra piel, como ya parece que han hecho unos, y si no es suficiente,
Para estos aludidos mal dichos poetas,
Hasta yo me ofrezco…
Para apuñalarlos con el mismo lápiz con el que escribí esto. Porque dirán que qué me está pasando por la pensamienta…
Pero es que se me revuelve el cerebro de ver tanta falsedad en tantas fresas del pesebre.
Por mí, yo dejo de ser real desde este momento, por mí, todos ustedes están ya muertos.

Bayron san.