De Calaceite a Mauthausen. Memorias de Raimundo Suñer
Edición de Miquel Blanc.
Centro Estudios Bajoaragoneses
Silvestre Hernández
EL TÍO RAIMUNDO
El historiador Ricard Vinyes nos recordó que Primo Levi, uno de los pocos supervivientes de Auschwitz, redactó una de las mejores reflexiones sobre lo acontecido en aquel campo de exterminio, un trabajo editado el año 1945 bajo el título “Si questo e un uomo”, una publicación que pasó desapercibida por espacio de 26 años, hasta que una editorial alemana la volvió a publicar en 1971, año en que obtuvo un impresionante éxito de ventas y el reconocimiento internacional; una muestra más de que la calidad, histórica, literaria…, no siempre va pareja con la popularidad, al menos mientras que una empresa editora y los medios de comunicación no la divulgan a los cuatro puntos cardinales.
Las memorias del calaceitano Raimundo Suñer, el tío Raimundo, bajo el título “De Calaceite a Mauthausen”, se han publicado muchos años después, y deberían convertirse en otro referente, en otra importante obra de reflexión y conocimiento de lo que ocurrió durante el periodo más cruento de este país, de lo acontecido en los campos de concentración, de las enfrentamientos entre hermanos y familias enteras, de las traiciones e intereses ocultos que alían o enemistan a países vecinos; una reflexión profunda que sería especialmente útil para aquellos que entonces cerraron los ojos frente a las injusticias y los atropellos, un despertar para quienes todavía hoy menosprecian el pasado o rehuyen la memoria más reciente, la más manipulada, la menos conocida, sepultada bajo millares de hojas de hechos, ficciones y opiniones que jamás lograrán aclararnos el porqué de tanta sangre derramada; ni explicarán de modo convincente cómo tantos miles de hombres y mujeres dieron sus vidas o se las arrebataron a otros. ¿Acaso el hombre es un lobo para el hombre, tal vez son demasiados los corderos, o quizá sobren la mayoría de falsos pastores y líderes embaucadores?
A través de las memorias de Raimundo Suñer, magistralmente estilizadas por la experta mano de Miquel Blanc, asistiremos, página a página, a la historia de una vida ejemplar en medio de un mundo convulso y nada edificante, pero que debemos conocer, puesto que es parte de nuestro pasado, porque explica dónde hemos llegado, y porque debe evitarse que algo así volviera a repetirse jamás.
Paralelamente, es también una reflexión hacia aquellos hombres y mujeres que defienden a capa y espada, de manera absolutamente incondicional, a quienes representan una ideología determinada, sin poder ver, a veces sin querer hacerlo, los errores cometidos por sus líderes y compañeros; algo así como la actual “disciplina de partido”, según la cual los críticos, quienes no acatan a pies juntillas las directivas de las instancias superiores, son mal vistos y deben ser apartados, sino desterrados de las filas militantes; es al mismo tiempo una lección histórica de la facilidad con la que los humanos nos apartamos, incluso llegamos a convertirnos en enemigos, de quienes no opinan como nosotros, poseen un credo o una cultura distinta, o militan en otro partido. No habría que tenerle ningún temor a las palabras, ni a los libros, ni a las opiniones contrarias, tampoco a los gestos, ni siquiera a las actitudes. Los únicos que sería menester erradicar de nuestras vidas son la soberbia, el desprecio y la intolerancia: la soberbia de quienes piensan poseer la verdad suprema, el desprecio hacia sí mismo o por las vidas ajenas, la intolerancia hacia todo aquello que difiere de lo tribalmente aceptado.