«Dos que siguen amándose»

Dos que siguen amándose. Jesús Ángel Teso.
Premio de Novela Corta Ciudad de Toledo.
Ayuntamiento Toledo. 2007. 205 p.

La novela negra es, como la definió Raymond Chandler en su libro El simple arte de matar, la novela del mundo profesional del crimen. Debe su nombre a dos factores: a que originalmente fue publicada en la revista Black Mask de Estados Unidos y en la colección Série Noire francesa, así como a los ambientes «oscuros» que logra. El término se asocia a un tipo de novela policíaca en la que la resolución del misterio no es el objetivo principal; es habitualmente bastante violenta y las divisiones entre el bien y el mal están bastante difuminadas. La mayor parte de sus protagonistas son individuos derrotados, en decadencia, que buscan encontrar la verdad. Hasta ahí, más o menos, la definición, nos puede servir.

Dos que siguen amándose reúne esos requisitos necesarios para poder formar parte de esa familia de truculentos crímenes, personajes atormentados y resolución de un misterio con fondo ambiental folklórico. Pero carece de otros aspectos necesarios para hacer más amigable la lectura ( lo que denominamos â??quedar enganchadosâ? en este tipo de genero ),abusa a la hora de repetir y recordarnos constantemente lo ya relatado en páginas leídas con anterioridad  ( ¿no se fían de nuestra memoria ¿ ), y de una trama poco o nada creíble.

Lo confieso, sí, tuve una época de mi vida donde devoraba, sin miramiento alguno ni selección previa, todo tipo de novela negra que llegaba hasta mis manos. Es en ese periplo, donde uno empieza a convivir con todo el submundo marginal, a encontrar pistas imposibles entre el punto y coma y el párrafo siguiente; a desconfiar de mujeres ardientes y peligrosas ( no por ardientes, sino por peligrosas ) y a descubrir personajes de una extrañeza tal que hoy serían contertulios de algún programa de sobremesa,  cuando, a golpe de lectura, de autores, de crímenes y sangre coagulada, comienza a darle un significado a este genero que tan doctos escritores firman y donde otros, digamos becarios en prácticas, naufragan.

Tengo que decir, porque la sinceridad es buena en el lector comprometido, que me ha decepcionado bastante la novela en cuestión. Dos que siguen amándose es, más que una novela negra, un recorrido histórico por la España de los años 70 y 80 ( más concretamente por una Barcelona más vital que la aquí se nos presenta ) sin llegar a identificarnos del todo con una época y un momento que, prácticamente, casi todos conocemos. Vamos, sería algo así como un capitulo más de Cuéntame..qué pasó pero sin la abuela ni el niño.

Por eso mi autentica duda radica en catalogar a esta obra como novela negra toda vez que tiene el merito de haber ganado la XXIX Edición de los Premios Ciudad de Toledo, Premio Nacional de Novela Corta Félix Urabayen. Porque su autor es un buen, y premiado,  narrador que maneja los sentimientos y las pasiones de los personajes hasta alcanzar cotas depresivas para ellos. Porque quizás estoy viciado en mi lectura a base de autores como Dashiell Hammett, Chandler, Highmisth, Walter Mosley o Vázquez Montalbán, Juan Madrid…..

No lo sé. Quizás sea por todo eso o porque, con la edad, uno ya descatalogó mitos y vabuscando otras cotas literarias. Quizás tanto ADN analizado, tanto CSI infalible y tanta serie tonto-americana nos han ido aletargando las posibilidades de auto deducción y del contenido literario real de un género que describía situaciones, ambientes y penurias humanas que nos eran ajenas o que convivían con nosotros en un mundo de ojos que no ven….

Dos que siguen amándose, relata la historia de una venganza. Veintitrés años después, y a raíz de un terrible crimen cometido, el comisario Rovira tiene que descubrir a un asesino en serie que tiene que ver con lo ocurrido años atrás y donde los personajes entonces implicados comienzan a morir de forma tormentosa. Y de fondo musical, la Barceloneta, el Barrio Chino y la música de Humberto Tozzí para testificar una historia de amor imposible entre nuestros protagonistas.

Yo me quedo con esto último. El desamor. La cualidad más perfecta de la imperfección amatoria. El sentimiento que trasciende a través del tiempo, de los años. El amor escondido y no recompensado; el silencio que persigue a las miradas que incitan a una explosión de hormonas a las que intentas mantener en calma. A saberse poseedor, y a la vez perdedor, de un cuerpo y un corazón que ya no nos pertenece pero del que conservamos la esencia. Igual que en el bolero…â?Lo que pudo haber sido.. y no fueâ?.